sábado, 17 de septiembre de 2011

Besar a un ángel de Susan Elizabeth Phillips

Besar a un ángel


La hermosa y caprichosa Daisy Deveraux puede ir a la cárcel o casarse con el misterioso hombre que le ha elegido su padre. Los matrimonios concertados no suceden en el mundo moderno, así que... ¿cómo se ha metido Daisy en este lío?
Alex Markov, tan serio como guapo, no tiene la menor intención de hacer el papel de prometido amante de una consentida cabeza de chorlito con cierta debilidad por el champán. Aparta a Daisy de su vida llena de comodidades, la lleva de viaje con un ruinoso circo y se propone domarla.
Pero este hombre sin alma ha encontrado la horma de su zapato en una mujer que es todo corazón. No pasará demasiado tiempo hasta que la pasión le haga remontar el vuelo sin red de seguridad... arriesgándolo todo en busca de un amor que durará para siempre.


Este libro me encanta (como todos los de Susan Elizabeth que he leído). Simplemente es especial. Un argumento muy original, unos personajes muy bien trazados, unas tramas que enganchan al lector. Este libro desprende magia. Hay magia entre los dos protagonistas. Este libro tiene algo que te hace soñar, reír, llorar... Por eso simplemente me encanta.

—Yo, Theodosia, te tomo ti... —La voz de Daisy se apagó.
El novio en cuestión no le dirigió ni una simple mirada y, por supuesto, tampoco intentó
ayudarla. Permaneció con la vista al frente, y las inflexibles líneas de aquel duro perfil le
provocaron a Daisy un cosquilleo en la piel. Él acababa de formular sus votos, así que tenía
que haber pronunciado el dichoso nombre, pero la falta de inflexión en su voz no había
traspasado la parálisis mental de Daisy y no se había enterado.
—Alexander —masculló su padre detrás de ella, y Daisy pudo deducir por el tono de su
voz que apretaba los dientes otra vez. Para haber sido uno de los mejores diplomáticos de
Estados Unidos no se podía decir que tuviera demasiada paciencia con ella.
Daisy se clavó las uñas en las palmas de las manos, diciéndose que no tenía otra
alternativa.
—Yo, Theodosia... —tragó saliva, —te tomo a ti, Alexander... —volvió a tragar saliva, —
como mi horrible esposo.
Hasta que no escuchó la exclamación de Amelia, su madrastra, no se dio cuenta de lo
que había dicho. El semental volvió la cabeza y la miró. Arqueaba una ceja oscura con leve
curiosidad, como si no estuviera seguro de haber oído correctamente. «Mi horrible esposo.»
El peculiar sentido del humor de Daisy tomó el control y sintió que le temblaban los labios.
Él alzó las cejas, y esos ojos profundos la miraron sin una pizca de diversión. Resultaba
evidente que el semental no compartía sus problemas para contener una risa inoportuna.
Tragándose la histeria que crecía en su interior, Daisy miró rápidamente hacia delante sin
disculparse. Al menos una parte de aquellos votos había sido honesta porque él, sin duda,
sería un esposo horrible para ella. Finalmente, el bloqueo mental desapareció y el apellido
del novio irrumpió en su mente. Markov. Alexander Markov. Era otro de los rusos de su
padre.




1 comentario:

  1. Es una historia muy bonita y romantica, excepto por un par de palabras soeces pero engancha asta el final, lo recomiendo, se enamoraran (;

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